Por cosas de la madre naturaleza, la vida no se puede desligar de la muerte. Después de la una, por ley, viene la otra; oponerse a esa realidad es tirarle piedras a la luna.
¡Pero miren esto! Resulta que el revolucionario verdadero, y eso esta requetecomprobado, luego de ir a la muerte regresa a la vida, pero no a la misma vida de la cual partió, sino a una vida en la cual ya nos es posible volver a morir.