Para Julián Conrado.
El revolucionario se caracteriza por actuar desde un profundo amor hacia el pueblo. Esa sensibilidad social se refleja en su nivel más básico y emerge directamente hacia el otro ser humano que se presenta de inmediato en su necesidad.
Es decir que el acto de amor está presente en cada una de esas actitudes que se tienen con los otros. Una relación armónica, pero profundamente comprometida y solidaria con la emancipación de la humanidad toda, constituida por cada una de las personas con las que nos encontramos día a día.
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