Archivos Mensuales: septiembre 2012

POR QUÉ ME LLAMO JULIÁN CONRADO (+Video)

Solidaridad con Julián Conrado desde Galicia

Carraca de Caracas

Agosto 2012

 

Una tarde de 1982, en Cartagena de Indias, durante un ensayo del grupo musical dirigido por Mariano Pérez, del cual era yo su vocalista, se presentó un joven de agradable trato; nos dijo ser estudiante de medicina de la Universidad de Cartagena, que también era compositor y quería que le escucháramos algunas de sus canciones, pues estaba interesado en que incluyéramos, así fuera una, en el repertorio de nuestra próxima grabación. El joven dijo llamarse Julián Conrado David.

Para esa época Mariano y yo habíamos grabado para la casa disquera “Codiscos” un L.P. titulado “El Nuevo Rey Sabanero”, que tuvo amplia difusión y acogida por el público, especialmente, de la costa norte colombiana donde, para ese entonces, se escuchaba más la música de acordeón. Así que muchos de los nuevos compositores nos buscaban para que interpretáramos sus canciones. Total es que luego del ensayo, mientras nos refrescábamos tomándonos unas cervezas bien frías, Julián tomó la guitarra y se echó a cantar:

“Yo sentí en mi corazón

Un intenso palpitar

Y al no comprender la razón

Hasta me llegué a asustar.

Como no le encontraba explicación

A esto que me estaba pasando a mi

Por poquito voy a donde el doctor

Porque pensaba que me iba a morir…”

 

Julián fue aplaudido con alborozo por el grupo de parranderos entre los que alcanzo a recordar a los beisbolistas Bartolo Gaviria, Abel Leal y Rafael Miranda, a los locutores Pedro Pérez Barrios, Oswaldo Jiménez, Mike Viloria y Miguel Lara, los folcloristas Devaloy Acuña y Feliz Megía, los músicos Adelcio Medina, Enrique Bosa, Rafa Estapanía, Julio Rocar, Ramón Pescao y Pacho Pérez, entre otros; además de los vecinos que habitualmente se congregaban para observar los ensayos. Los aplausos significaban que la canción quedaba aprobada para ser incluida en el nuevo repertorio. Julián festejó con risa franca y alegre y aquél lugar se sintió iluminar con su extraordinaria energía amorosa.

A partir de entonces nació mi amistad con Julián Conrado, amistad que creció más cuando descubrimos que los dos teníamos el mismo ideal de libertad, de justicia, de igualdad social, de paz; aunque manifestó no militar en ninguna organización política. Yo si venía de militar con mi canto de rebeldía revolucionaria en el Partido Comunista Marxista-Leninista, el Partido Socialista de los Trabajadores, en el Frente Democrático, en la Unión Nacional de Oposición; y militaba entonces en la Juventud Comunista. Soñaba, como Gaitán y el Padre Camilo, con la unidad del pueblo y sus organizaciones para conquistar la paz con justicia social.

Mis encuentros con Julián continuaron en la sede de los ensayos, que era el taller de arreglo de acordeones de Mariano: Musicosta. Hablábamos de canciones, parrandas, amores y, por supuesto, de la terrible situación de hambre y miseria que sufría (y aún sufre) la inmensa mayoría del pueblo, así como de los métodos violentos que empleaba el régimen para reprimir la inconformidad.

En 1983 Julián partió al municipio de San Carlos, departamento de Antioquia, donde debía realizar el año rural como médico. Pronto se ganó el cariño de los pobladores de la región que atendía en el puesto de salud, especialmente de los más pobres, a quienes no le cobraba nunca la consulta y más bien les daba dinero de su propio bolsillo para que pudieran comprar las medicinas que les recetaba.

Fue esa hermosa virtud de servicio desinteresado a los empobrecidos la causa fundamental para que Julián fuera considerado, por la inteligencia militar del Estado, un peligroso enemigo del régimen que lo declaró objetivo militar. Ese mismo año fue cobardemente asesinado por sicarios que, luego de consumado el crimen y al verse perseguidos por pobladores indignados, se refugiaron en el cuartel de Policía, algo muy común en Colombia…

El pueblo de San Carlos, con el cadáver ensangrentado de su amado Julián a hombros, marchó envuelto en la más profunda tristeza por las calles de la población y, enardecido, exigió justicia; pero que va, esta manifestación también fue reprimida brutalmente por el Ejército y la Policía.

En Cartagena el movimiento estudiantil también realizó manifestaciones denunciando el crimen y pidiendo justicia.

La respuesta fue la misma: represión violenta.

Yo, en homenaje a mi gran amigo, compuse la canción semilla de libertad:

Ahora le voy a cantar a ese amigo tan querido

A ese que un sicario a tiros por la espalda asesinó

Y que allí donde calló su sonrisa ha florecido

Y como el Che y como Camilo su figura agigantó

Es que cuando los hombres son, hombres verdaderamente

Ni se mueren ni se entierran, se siembran para perdurar

Y es por eso que Julián, ¡presente, presente, presente!

Siempre vivirá en mi mente, convidándome a luchar

 

CORO:

Julián Conrado no está enterrado

Julián Conrado no se ha olvidado

Julián Conrado está sembrado

Como semilla de libertad.

 

Flores de la juventud de este pueblo colombiano

Por vientos huracanados cuantas vemos destrozar

Pero ya se va a acabar infierno tan inhumano

Y viviremos como hermanos como lo soñó Julián.

Bandera de revolución será su eterna alegría

Y con la brisa de los días la vamos a ver flamear

Si más sangre hay que derramar pa’que la obra sea construida

Pues más sangre será vertida el pueblo no la va a negar

 CORO

 

El terrorismo de Estado siguió cobrando cada vez más y más víctimas: persecuciones, detenciones, torturas, desapariciones, asesinatos selectivos, masacres, etc. Reclamar nuestros derechos como pueblo, pacíficamente, en el marco de la legalidad, era un suicidio.

A mí, luego de sufrir cárcel, torturas, atentados, y ver caer asesinados a uno y otro, y otro y otro camarada, amigo y amiga, no me quedó otro camino que el de las montañas guerrilleras. Era la única forma de vivir con dignidad, sin callar las verdades de mi canto que son las verdades de mi pueblo. Es cuando tomo el nombre de Julián Conrado David, no para ocultar mi verdadera identidad, sino para rendirle honores hasta el último verso de mi vida a ese gran amigo mío, de tan hermosa calidad humana.

¡Amando Venceremos!

Julián Conrado

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